CHILE

Al compararnos con Estados Unidos o España, los escolares chilenos consumen tres veces más alcohol que los de dichos países.

En el último tiempo se ha visto que los medios de comunicación han mostrado diversos reportajes sobre consumo de alcohol excesivo en jóvenes, pero con especial énfasis en el de las mujeres adolescentes, que parecen perder el control y beber hasta quedar prácticamente inconscientes. Pero, ¿por qué ocurre esto?

En las mujeres, el alcohol no tiene el mismo efecto que en los hombre y eso es un hecho. Aunque muchas quieran estar a la par con el sexo opuesto, no se puede. Y no por falta de capacidad, sino que porque biológicamente existen diferencias en, el organismo no lo permiten.

El médico internista de la Red Clínica de la Universidad de Chile, Julio Cárdenas asegura que “hay que tener mucho cuidado con el consumo excesivo de alcohol, sobre todo en las mujeres, porque tienden a metabolizar menos el alcohol, por lo que este se va al organismo directamente. Si toman  la misma cantidad que un hombre, se van a embriagar más sí o sí”.

Agrega que también se debe a que las mujeres tienen una menor contextura y son más pequeñas. “Proporcionalmente la mujer es más baja, tiene menos masa muscular, por lo tanto, si toma la misma cantidad de trago que un hombre, va a metabolizar menos etanol”.

En cuanto al incremento de pacientes menores de edad que llegan por sobredosis de alcohol, indica que, “ha habido un aumento progresivo en cuanto pacientes jóvenes y mujeres que llegan en malas condiciones a emergencias debido al abuso de bebidas alcohólicas, lo cual es preocupante”.

Por su parte, el psicólogo de la Universidad Central, Ricardo Bascuñán, indica que hay dos factores que influyen en que este fenómeno ocurra. “A nivel psicológico puede ser que haya un cambio en el perfil de consumo, es decir, es más aceptado que la mujer beba alcohol que antes, y por otra parte, está más socializado el hecho de que una mujer pueda embriagarse”.

Antiguamente, las mujeres bebían menos porque no se “veía” con buenos ojos que estas se emborracharan. “El miedo a la crítica por estar borracha ha estado disminuyendo, y hoy hay más tolerancia, por lo que hay menos temor a la crítica por parte de las mujeres”, explica.

Argumenta que, conceptos como “todas las personas lo hacen”, le han dado a las mujeres jóvenes, la entereza para beber hasta que lo deseen sin pensar en las consecuencias.

“Además, tiene que ver con el temor al rechazo y la búsqueda de la aprobación social”, concluye Bascuñán.

¿Cuándo recurrir a un servicio de urgencias?

El médico internista de la Universidad de Chile, Julio Cárdenas, dice que es importante llevar a un servicio asistencial a una persona que ha bebido en exceso cuando presenta los siguientes síntomas.

- No puede mantenerse de pie

- Comienza a verse somnoliento, y presenta dificultades para mantenerse despierto

- Comienza a hablar incoherencias

El experto es enfático al señalar que si la persona, sea hombre o mujer, presenta uno de estos síntomas es importante llevar al paciente a evaluación, ya que los riesgos de que algo le ocurra son inminentes.

“El riesgo de no hacerlo, es que vomiten, aspiren el vómito y que haya un mayor compromiso por absorción de alcohol o pérdida de conciencia, que pueda derivar en un coma”.

En cuanto a la cantidad, indica que “se considera excesivo, cinco porciones de alcohol, ya sea cerveza o whisky, ya que en la mujer, el alcohol no tiene una buena capacidad de absorción por lo que, puede sufrir daños más severos”.

Tomar hasta morir, literalmente

Respecto a este tema las estadísticas son alarmantes. Un informe de la OMS destacó que el alcohol está en el octavo lugar en el ranking de factores de riesgo de muerte, y en el tercero de mayor importancia como riesgo de enfermedad y discapacidad.

Mientras que el abuso de alcohol constituye el principal riesgo de muerte para los hombres de entre 15 y 59 años, sobre todo debido a lesiones, violencia y enfermedades al corazón.

En el caso de Chile, un estudio realizado por el ex Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes (Conace), determinó que si bien los hombres duplican el consumo de alcohol que las mujeres,  esta cifra se estrecha cuando se hace limita el análisis entre los 12 y 18 años de edad, ya que 33 de cada 100 hombres declaran consumo reciente de alcohol y 28 de cada 100 mujeres también lo hacen.

Pero lo más alarmante para los jóvenes de nuestro país, es que al compararnos con Estados Unidos o España, los escolares chilenos consumen tres veces más alcohol que los de dichos países.

Producto de lo anterior, y de muchos otros antecedentes, durante años pasado el Sernam realizó un llamado especial a las mujeres con el objetivo de que tomen conciencia, ya que el consumo de alcohol en mujeres, aumentó de un 12,5% a un 15,74% en el último tiempo.

Testimonio real

Pamela (nombre ficticio para reservar la identidad del testimonio), una joven de 23 años que estudia Ingeniería comercial,  partió festejando la graduación de su hermano en la casa, en un asado familiar con piscina, algo de tragos y amigos de la infancia. Eran ya las 8 de la noche y decidió que saldrían a bailar, “Ya estábamos arriba de la pelota, nos habíamos tomado 5 piscolas y la noche prometía…” cuenta Pamela, quien partió con su mejor amiga a arreglarse antes de partir. Ya como a las 10 partieron a hacer la previa en un pub de Providencia, “Llegamos y nos tomamos tres copas de vino…entre conversa y conversa, yo noté que estaba media mareada y que me costaba pararme para ir al baño, pero creí que bailando el efecto pasaría…” Tipo 12 ya partieron a bailar, en el lugar se entusiasmaron mucho más y tomaron tres ron con coca cola, “si lo pienso a esas alturas ya llevaba mucho copete en la sangre y no había comido nada desde el almuerzo a las 2 de la tarde…” “Estaba en lo mejor bailando cuando empecé a sentirme más mareada y atontada de lo normal, me fui a un costado a una mesa y me senté…de ahí ya no recuerdo nada más…”

Pamela, se despertó a la noche siguiente en el hospital y se quedó ahí dos días más. El daño que le había provocado el alcohol a su cuerpo había sido mucho y a sus pulmones mucho más. “Me desperté y me vi llena de tubos, mis papás al lado con una cara que jamás se me olvidará y mi mejor amiga que me trajo a la realidad cuando me dijo: tuviste un coma etílico. Ahí me quise morir, no de sentirme mal, sino de vergüenza y humillación.” La dieron de alta a los tres días, se sentía bien físicamente, un poco débil, pero bien. “De a poco me fui enterando de lo que había pasado, de mis amigas que me encontraron tirada, bañada en vomito, que me complicó los pulmones ya que aspiré gran cantidad y en un lugar en el que ni siquiera recuerdo haber llegado. Luego llamaron a mis padres, me llevaron a la clínica, me internaron, hicieron exámenes e incluso mi mamá pidió un examen para ver si me habían violado…eso fue lo peor”

“Yo no supe nada, pero mi familia y amigos si, yo creo que nadie me dice mucho, pero creo que verme así fue una de las humillaciones más grandes para una mujer, que te vean y te traten de alcohólica e irresponsable, que tus amigos te hayan visto en esas condiciones, tirada y bañada en vomito…nunca más pasaré por algo así y si mi testimonio sirve de algo, que sea para poder entender que es posible darse cuenta de cuál es el límite y de que sin copete se puede pasar mucho mejor…”

FUENTE:      TERRA

http://vidayestilo.terra.cl