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LA CODEPENDENCIA EN LA MUJER

Publicado por Fisac 24/02/2012 23:37 / 0 Comentarios Ver nota completaEnviar nota a un Amigo

Otras formas vinculares adictivas

Cristina Meyrialle

ARGENTINA

La adicción al amor y la adicción a la evitación.

Según Pía Melody (16) la codependencia puede tomar la forma de adicción al amor cuando se da dentro del vínculo de pareja, en donde puede verse muchas veces un interjuego de dos roles complementarios, por un lado un codependiente que es "adicto al amor" y su contraparte, otro codependiente que es "adicto a la evitación". Ambos roles pueden ser jugados tanto por hombres como por mujeres, aunque es mas común ver a las mujeres como adictas al amor y a los hombres como adictos a la evitación. También pueden verse los dos roles en la misma persona en distintos momentos o con distintas parejas.

Características y principales síntomas del comportamiento del adicto al amor y a la evitación según Pía Mellody (16):

Adicto al amor:

por encima de ellos mismos" a la persona a la que son adictos, y es forma de centrar la atención tiene a menudo una cualidad obsesiva.

2 - Tienen expectativas irreales por lo que se refiere a la consideración positiva incondicional de la otra persona que forma parte de la relación

3 - Descuidan cuidarse o valorar a sí mismos mientras están en la relación.

Los adictos al amor suelen sentirse atraídos hacia personas que muestran ciertas características identificables y bastante predecibles, y las personas con esas características se sienten atraídas hacia los adictos al amor. A estos podemos llamarlos adictos a la evitación ( se observan con mayor frecuencia en la parte masculina de una relación romántica, aunque a veces puede suceder lo contrario)

Adicto a la evitación:

1 - Se evaden intensamente en la relación, al crear intensidad en otras actividades, habitualmente fuera de la relación (suele tratarse de adicciones)

2 - Evitan ser conocidos en la relación con el objeto de protegerse a sí mismos de la absorción y el control por parte de la otra persona.

3 - Evitan el contacto íntimo con su pareja, para lo cual utilizan una variedad de procesos que llamamos técnicas de distanciamiento.

Anne Wilson Schaef (22) por su parte, profundiza y diferencia otros tipos de relaciones adictivas entre las cuales están: la adicción a los romances, a las relaciones y adicción al sexo.

Adicción a los romances:

Las personas adictas a los romances presentan todas las características de cualquier otro adicto. Tienen la misma visión distorsionada de la realidad que ellos. Sus procesos de pensamiento se vuelven confusos y enfermizos. .Están tan centrados en imaginar, que la realidad parece no existir. Inician una relación sexual o simplemente una relación sin estar interesados por ninguna de las dos.. Buscan el "golpe" y el "riesgo" de la experiencia romántica o de la nueva aventura. Son expertas en intimidad instantánea "la primera vez que nuestras miradas se cruzaron supe que era amor". La verdadera intimidad los asusta y la evitan sirviéndose de su enfermedad. .La adicción a los romances es progresiva. Sus adictos pasan cada vez más tiempo en sus ilusiones y se alejan cada vez mas de todos los aspectos de su vida, de sus familias, su trabajo, sus amistades y de sí mismos. Anne Wilson Schaef (22).

Adicción a las relaciones:

Existen dos clases principales de adicción a las relaciones. En la primera, la persona es adicta a tener una relación -cualquier relación, real o en la fantasía-. En la segunda, una persona es adicta a una relación concreta con una persona concreta. En la primera, la persona está enganchada a la idea, y en la segunda está enganchado a la persona.

Las personas adictas a una relación son adictas al concepto de la relación. Se relacionan con su idea de la relación, la realidad de la otra o de las otras personas es irrelevante. Están dispuestos a sacrificar los valores personales, espirituales y morales para aferrarse a la ilusión que tienen de una relación. La ilusión misma es lo que proporciona la dosis.

.Los adictos a las relaciones quieren una relación. No les preocupa quién o qué es la otra persona. Simplemente quieren a alguien, no consideran la relación como algo que evoluciona.

Los adictos a las relaciones han desarrollado habilidades para crear relaciones (enfermizas, no-relaciones o seudorelaciones). Y con frecuencia habilidades mas seductoras y útiles como la de saber escuchar, compartir sentimientos (aunque no reales o difíciles de comunicar), estar presentes y prestar atención. Por ello son muy difíciles de detectar (por parte de sí mismos y de los demás). .Utilizan para manipular y controlar, habilidades que parecen ser útiles para desarrollar una relación. Es decir "protegen su suministro" haciendo "todo lo que hay que hacer" en una relación. Conocen y practican las habilidades superficiales de la interacción social. No saben cómo establecer una verdadera intimidad, y su habilidad máxima consiste en fingir una relación. .Les aterroriza estar solos y por ello cambian de una relación a otra. Nunca se toman tiempo para sentir le dolor del término de una relación y en consecuencia llevan consigo todos los sentimientos no resueltos a la nueva relación. Anne Wilson Schaef (22)

Adicción al sexo:

El modelo adictivo nos permite comprender una gama de comportamientos sexuales que de alguna manera han sido asumidos en la sociedad como comportamientos normales. Al demostrar el matiz adictivo de estos comportamientos se ha abierto la posibilidad de ayudar a los adictos sexuales que sufren y padecen una enfermedad progresiva y fatal que también puede causar estragos en los demás. Esta adicción, como cualquier otra, constituye una alteración del estado de ánimo y afecta al individuo como cualquier droga que altera el ánimo. La obsesión sexual se convierte en una "dosis" y las personas adictas la obtienen de la dosis del sexo.

La obsesión sexual llega a controlar la vida de las personas, que cada vez necesita más tiempo y energía en la actividad sexual para obtener los mismos resultados.

La sexodependencia es una obsesión y una preocupación por el sexo, en las que todas las percepciones y relaciones son vistas de un punto de vista sexual. Esta situación es fuente de dolor, de confusión y de miedo para la persona adicta y para aquellas con las que el adicto intenta relacionarse. .La sexodependencia es una dependencia que se oculta porque comporta un componente particularmente grande de vergüenza y de negación. Paradójicamente es una de las dependencias que está mas asumida en nuestra sociedad como "normal".

La adicción al sexo se puede presentar en una forma que se ha llamado "anorexia sexual", que según Patrick Carnes (7) se caracteriza por:

- Terror al placer sexual

 Miedo morboso y persistente al contacto sexual

- Obsesión y extrema vigilancia con respecto a asuntos sexuales

- Preocupación por la actividad sexual de los demás

- Deformación de la apariencia corporal

- Aborrecimiento extremo de las funciones corporales

- Dudas obsesivas sobre la propia adecuación sexual

- Actitudes rígidas y enjuiciadoras sobre la conducta sexual

- Vergüenza y aborrecimiento por las experiencias sexuales propias

- Necesidad de evitar la intimidad a causa del miedo sexual

- Conducta autodestructiva para limitar, detener o evitar del sexo.

Cualquier forma de sexodependencia se presenta frecuentemente asociada con alguna de las demás dependencias adictivas.

Abuso físico, Abuso y Acoso moral y Codependencia:

La existencia de personalidades con características psicopáticas en donde la mentira, la manipulación y el abuso físico y acoso moral son las reglas de juego, los convierte en potenciales parejas de los codependientes. Estas personalidades atraen al codependiente que tiene que atender, cuidar, y estar al servicio de ellas. Generan una relación de tipo vampírica, en donde el codependiente es "chupado" y agotado, conviertiéndose en la víctima que intenta satisfacer permanentemente a su victimario.

La violencia física es una evidencia clara del abuso, pero la violencia solapada, subterránea, que se manifiesta a través de comentarios descalificadores; de ironías; de un silencio manipulador; o bien de la permanente culpabilización de la víctima, es la mas difícil de desenmascarar. En la obra de Marie France Hirigoyen (10) a estas personalidades abusadoras se las designa con el nombre de perversos narcisistas.

La autora se ha encargado de describir con detalle estas personalidades y sus modalidades vinculares con sus víctimas, y es en éstas últimas que podemos reconocer con facilidad el perfil codependiente:

Las víctimas normalmente sufren en silencio.. Socialmente a menudo se niega o se quita importancia a la violencia perversa en la pareja y se la reduce a una mera relación de dominación. También señala la tendencia de la psicología psicoanalítica a hacer a la víctima responsable por las conductas violentas del abusador. Muchas veces las agresiones son sutiles, no dejan rastro tangible y los testigos suelen interpretarlas como simples aspectos de una relación conflictiva.

La víctima no se da cuenta de que esta siendo manipulada, y sólo cuando la violencia se vuelve muy explícita, es que el misterio se devela con la ayuda de intervenciones externas. La relación siempre empieza con encanto y seducción y termina con comportamientos psicopáticos graves. En la primera fase las víctimas son paralizadas, en la siguiente son destruidas.

La identidad del codependiente se hace clara en el trabajo de Hirigoyen (10) cuando señala que la víctima ideal es una persona muy escrupulosa que tiene una tendencia natural a culpabilizarse. Una personalidad pre-depresiva, apegada al orden, que se sacrifica por los demás y que acepta con dificultad que otros la ayuden. Personas que se ganan el amor del otro siendo generosos y poniéndose a su disposición. Que soportan mal las torpezas y los malos entendidos e intentan subsanarlos y en caso de dificultad multiplican sus esfuerzos, se agotan, se sienten superados por los acontecimientos, se culpabilizan, trabajan aún mas: "Si mi compañero no está contento o es agresivo, es por culpa mía". .Cuando se comete un error, tiende a atribuírselo. Los perversos narcisistas por su parte, vuelcan su culpabilidad sobre su víctima. Con el fin de eludir la violencia las víctimas tienden a mostrarse cada vez mas amables y conciliadoras. Viven con la vana esperanza de que ese odio se disolverá en el amor y la benevolencia.

FUENTE:      La Codependencia

http://www.lacodependencia.com.ar/otrasformas.htm

 


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