ARGENTINA

Datos estadísticos demuestran que las mujeres consumen alcohol cada vez con mayor frecuencia, como una salida a las presiones derivadas de su trabajo en el hogar.

Hasta hace pocos años, se afirmaba que por cada 10 hombres alcohólicos existía una mujer también alcohólica; datos recientes demuestran que la situación ha variado en forma drástica ya que por cada 10 hombres alcohólicos, hay cuatro mujeres alcohólicas. Las cuales, por lo general, lo hacen en situaciones y contextos muy diferentes a los del hombre.

Estas cifras aproximadas preocupan, pero más debería alarmarnos el consumo excesivo que en nuestro país se está volviendo una costumbre; y donde las mujeres están desempeñando un papel muy activo. En los últimos cinco años se observa un aumento en la consulta de la población femenina, las mismas acceden a estas porque en el caso de las mujeres el uso y el abuso de alcohol y drogas está cargado de culpabilidad.

El análisis de la información al respecto nos muestra que las mujeres consumen alcohol cada vez con mayor frecuencia, como una salida a las presiones derivadas de su trabajo en el hogar. Porque, al ingresar al mercado de trabajo, las mujeres disponen, lógicamente, de menor tiempo para el cuidado de los hijos y del hogar, tarea que debería de ser compartida por ambos miembros de la pareja y no solo asumida por la mujer.

También se ha estudiado el llamado trabajo doméstico impago, esto es, el trabajo que desempeña el ama de casa, sin recibir ninguna remuneración y que, en muchos casos, provoca estrés, mismo que en ocasiones es apagado con alcohol; muchos informantes señalan, entre otras razones para beber, que el alcohol les permite olvidarse, aunque sea momentáneamente, de las vicisitudes de la vida y de los problemas cotidianos.

Cuando una madre tiene problemas de alcoholismo, la familia se encuentra marcada por la inconsistencia, lo no predecible, el caos, las discusiones, la fluctuación de límites, y hasta en muchos casos se llega a la violencia, pero son siempre los otros miembros de la familia los más afectados y los que tienen que lidiar con esta adicción. Son ellos quienes tienen que solucionar los problemas y enfrentar las consecuencias.

Si en nuestro país existen más mujeres que hombres, según los últimos censos de población, es importante repensar cuál tendría que ser el papel de la mujer en el habitual consumo de alcohol. Las mujeres constituyen un factor importantísimo en la educación de los hijos y en la prevención del alcoholismo, informando sobre los riesgos de consumir en forma irresponsable.

No basta la buena disposición, la preocupación, las ganas de modificar una situación, es necesaria la preparación seria, formal y dedicada para atender este grave mal social que, desafortunadamente, no ha sido del interés de las autoridades, sobre todo en la educación, la prevención, el tratamiento y la rehabilitación. Toca a la sociedad civil de una manera corresponsable, comenzar acciones serias en contra del consumo excesivo del alcohol y del alcoholismo que tanto afecta no sólo al individuo sino también a la familia, la economía y a la sociedad en general.

FUENTE:      Fundación Manantiales

http://www.elsantafesino.com/vida/2004/11/27/3094